Cosquín Rock 2024: La manija no se mancha

El fin de semana pasado se vivió una nueva edición del Cosquín Rock, la número 24, cargada de música, alegría y camaradería que deja más manija que nunca a su público de cara a los 25 años del festival
Cosquín Rock 2024: La manija no se mancha
Cosquín Rock
Cosquín Rock

Sol, calor, humedad, lluvia, barro; pero también música, potencia, camaradería y sorpresas. El Cosquín Rock 2024 lo tuvo todo. El Aeródromo de Santa María de Punilla fue una vez más el lugar elegido para que el público más manija del mundo pueda disfrutar durante dos días de 6 escenarios, 106 bandas y artistas, y distintas experiencias que fueron desde una exposición artística hasta una especie de jaula conectada a una grúa que te elevaba una buena cantidad de metros para obtener una de las mejores vistas. Sin dudas, el festival más grande e importante de Argentina.

Se pudo observar cómo, año a año, van corrigiendo y mejorando las prestaciones del festival para que la experiencia sea cada vez más placentera. La mejora en los accesos, la disposición de los escenarios, el aumento de los puestos de hidratación – fundamental – y la agilización en el procedimiento de compra y entrega de comidas y bebidas son puntos a destacar desde la producción del evento.

Y siempre la gente, el alma de cualquier festival. Desde familias con coches de bebés hasta los grupos de amigos y amigas con varias décadas encima, todas las personas que asistieron se llevaron consigo una experiencia que seguro recordarán por mucho tiempo. En una época donde se discute el valor – económico y social – de la cultura, las más de 100 mil personas que se movilizaron, revalidaron la importancia de un evento como el Cosquín Rock que se realiza sin interrupciones desde el 2001.

Dos días, un centenar de propuestas y 14 hectáreas para recorrer, no son tarea sencilla. Entender que no se puede ver todo es fundamental, tanto como hacerse una grilla personal – punto a favor para la aplicación para celulares del Cosquín que brindó esa posibilidad, incluso sin tener conexión.

Día 1 – 10 de febrero – 9 bandas

El festival más manija se empieza a vivir mucho antes de entrar al predio, en las calles de Santa María, en los alrededores de los accesos. La gente va entrando en clima con los locales y puestos de comida que avivan el sentir con los parlantes en las calles y las canciones que producen más de un coro a capela.

A pesar de la cantidad de gente, la procesión que es ir desde las entradas que están sobre la Av. San Martín hasta el último control custodiado por el cartel gigante que reza “BIENVENIDOS A COSQUÍN ROCK”, es algo tranquilo, una especie de calma que antecede al huracán. En el camino se pasa por el puente que cruza el Río Cosquín para luego ver los campings que rodean el lugar. El trayecto final es una calle ancha y arbolada que inspira a la grabación de videos y capturas de fotos. También es el último gran refugio del sol.

Cosquín Rock 2024
Cosquín Rock 2024

Una vez adentro y con el mapa mental de los escenarios, emprendimos nuestro viaje que tenía, como primer destino, el escenario Sur. Sin embargo, en el camino sufrimos varias distracciones. La primera fue La Casita del Blues y el grupo The Rockmen. Imposible no trasladarse a algún suburbio de Nueva Orleans y detenerse un momento para escuchar “Rockmen in the house”.

No obstante, hicimos un esfuerzo por continuar la travesía. Un esfuerzo inocuo al final, ya que nos topamos con el escenario Boomerang y la alegría de Pedro Pastor y Los Locos Descalzos. Y una tribu de repatriados de Ibiza que no dejaban de bailar al ritmo de “Ejercito mi escritura” mientras el astro sol elevaba más y más la temperatura del día.

Finalmente llegamos al primer destino. El escenario Sur nos recibió con “El Detalle” de un gran número de personas disfrutando de La Mississippi, inconfundibles e inoxidables, con su característico blues rock y la inconfundible voz de Ricardo Tapia. Lamentablemente, las “distracciones” que sufrimos en el camino, hicieron que lleguemos sobre el final del show. Si bien lo que seguía no era un largo viaje, tomamos ese blues como equipaje y partimos al escenario Norte.

Nos llevó unos 20 minutos atravesar todo el predio, con unos 30 grados de sensación térmica al rayo del sol, para llegar a ver a la siguiente banda que no hizo más que levantar la temperatura. NAFTA subió al escenario para crear un “Monumento” a la musicalidad que decía “Vení Mirá”, escuchá y bailá. Y una vez que estás ahí, como hechizado, “Vos no” podés hacer otra cosa que disfrutar la calidad de su música, las voces de Magamo y de las “Potra”s de Abril Olivera y An Espil. Al final te querés quedar “Unos días más” escuchándolos, “Hasta que te vas”.

Los Pericos y Ke Personaje - PH Enzo Mastroliberto
Los Pericos y Ke Personaje - PH Enzo Mastroliberto

Pero nos fuimos sin movernos, porque acto seguido sufrimos una especie de viaje en el tiempo. Y los anfitriones de ese viaje fueron Los Pericos and Friends y todos sus hits históricos. Una lista de canciones para no dejar de saltar, bailar y cantar que fue acompañada de amigos como Emanuel Noir en “Complicado y Aturdido”, Natalie Pérez en “Mucha Experiencia, Los Auténticos Decadentes en “Home Sweet Home”, el Negro Videla en el cover de Joan Sebastián “Veinticinco Rosas” y Sebastián “El Enano” Teysera en “Casi Nunca lo ves”.

Y es que casi nunca se ve este choque de multiversos musicales y estilísticos en un solo lugar. Porque Juanchi Baleiron y el resto del grupo fueron, tal vez, los que más invitados tuvieron, pero la camaradería y colaboración entre bandas y músicos fue una constante y una característica de esta edición del Cosquín Rock.

Ya con el sol escondido tras las sierras y con Los Pericos agradeciéndonos la buena onda nos fuimos, sintiéndonos pelotitas de pingpong, nuevamente al escenario Sur para disfrutar de un clásico de nuestro rock. Allá, en las pantallas gigantes, esperaba un hombre sentado, dándonos la espalda y mirando el atardecer de un campo. Minutos después se incorporó para subirse a la aplanadora, voltear la pantalla, y darle paso al “Paisano de Hurlingham” del trío con más potencia. Divididos se hizo presente y toda la sierra se enteró a lo largo de los casi 20 temas que recorrieron su historia y dejaron una vez más en claro que son la verdadera aplanadora del rock.

Dicen que, “el tiempo es tirano”. Y vaya que lo es, porque el recital de Babasónicos comenzó antes de que termine Divididos, y del otro lado del predio. Nuevamente salimos, esta vez más apurados, con destino Norte. Y si el tiempo es tirano, a veces, los dioses son benévolos y tolerantes, como “Anubis”, el tema con el que abrieron Adrián Dárgelos y compañía.

Hubiese sido “El colmo” que una pequeña falla técnica nos impidiera disfrutar de esos “Irresponsables” y su “Carismático” cantante en lo que ya era una noche en “Pijamas”. Como siempre, Dárgelos cautivó con la sensualidad de su voz y sus bailes – “Microdancing”s – y con un repertorio bien balanceado entre la etapa actual de la banda y los clásicos infaltables. Al final, no quedó más que un “Bye Bye” y nos veremos otra vez.

Adrián Dárgelos - Babasónicos
Adrián Dárgelos - Babasónicos

El primer día de este viaje no iba a terminar de otra manera que no sea – sí, ya lo descubrieron – volviendo al escenario Sur. Es que nos queríamos ir “Llenos de magia”, de la magia que desprenden El Enano, El Cebolla y todos los integrantes de La Vela Puerca. Con un repaso por varios de sus clásicos más clásicos a lo largo de 16 temas, lograron que la gente no pare de saltar y de cantar. Además, contaron con las participaciones de Manolo en “Colabore”, LUANA en “Zafar” y, devolución de gentilezas de por medio, Juanchi Baleirón en “El Viejo”.

Cuando creíamos que ya teníamos que comenzar el largo camino a casa, Sebastián Teysera subió solo al escenario para lanzar un hechizo que puso a todo el mundo a cantar “José Sabía” a capela. Y esa fue la mejor manera de terminar un día donde el cansancio y la felicidad estaban en los mismos niveles de exaltación. Los shows seguían, pero nosotros sabíamos que, si queríamos sobrevivir a la segunda mitad del viaje, necesitábamos recuperar energías.

Día 2 – 11 de febrero – 7 bandas

El domingo amaneció nublado y con probabilidad de lluvia. La quiosquera del barrio nos dijo, con la seguridad característica de los meteorólogos de la tele, que, “no va a ser más que una llovizna”. Media hora más tarde, ya pasado del mediodía, se largó un diluvio de esos que te quedás asombrado viendo la cantidad de agua que cae. Aunque el evento climático atrasó nuestros planes, también permitió extender el descanso. A eso de las 17hs encaramos, por fin, el segundo día del Cosquín Rock.

Cosquín Rock - Día 2 - PH Enzo Mastroliberto
Cosquín Rock - Día 2 - PH Enzo Mastroliberto

Para ese día planeamos movernos menos entre escenarios. Sabíamos que el terreno iba a ser difícil de andar y, cuando llegamos, comprendimos que fue la mejor decisión. La intensa lluvia convirtió el Aeródromo en un gran campo de barro. Las patinadas y alguna que otra caída, fueron las características que definieron a los transeúntes del segundo día del festival.

Nuevamente iniciamos nuestro recorrido por el escenario Sur. Llegar no fue fácil, pero valió la pena para ver gran parte del recital de Las Pastillas del Abuelo. Esta vez no logramos acercarnos ni un poco al escenario de la cantidad de gente que estaba disfrutando del Piti Fernández y compañía. Así que nos afirmamos al piso resbaloso y gozamos a la distancia de clásicos como “Tantas escaleras”, “Otra vuelta de tuerca” y “¿Qué es Dios?”.  Mientras, el sol en todo su esplendor, levantaba la humedad del piso enlodado, haciendo que transpirar fuera la esencia de la propia existencia del ser.

Ni bien terminó la presentación de “Las Pastillas”, fuimos por primera vez al escenario Montaña a bailar un ratito con los ritmos y las letras de Julián Kartun y El Kuelgue. Con el sol de frente al escenario, la banda demostró la vigencia de las canciones que los hicieron conocidos hace tiempo, y la versatilidad del grupo que no sólo toca instrumentos y canta, sino que también tienen destellos de actuación. Definitivamente fue la música ideal para ese momento del día, y un espacio de relax antes de lo que estaba por venir.

Puesta de Sol
Puesta de Sol

Es que, en el mismo escenario, minutos más tarde, aparecieron dos baterías, una al lado de la otra. Catupecu Machu estaba preparando un show inolvidable. A pura potencia, brindaron un espectáculo en lo que no faltó nada. Temas clásicos, covers – “Héroes anónimos” y “Plan B: Anhelo de satisfacción” –, invitados, la puesta del sol tras las sierras, y pogo, MUCHO POGO. Para colmo, se despidieron nada más ni nada menos que con “Dale!” y todos los integrantes de Usted Señálemelo, Fernando "El Negro" Molinero y Agustín "Búho" Rocino, todos arriba el escenario tocando el instrumento que encontraran a mano, así sea un simple platillo de batería.

No fue fácil recuperarse de tanta intensidad, por eso cuando llegamos de nuevo al escenario Sur, nos quedamos atrás – muy atrás, como dos cuadras – viendo el final de Ciro y Los Persas, y su característico ritual que lo sigue desde tiempos piojosos. Cuando la gente se empezó a disipar y la zona del escenario volvió a ser una meta alcanzable, decidimos acercarnos y buscar un buen lugar para ver a uno de los internacionales que se hicieron presentes este año.

Slash featuring Myles Kennedy and the Conspirators fue un recital de puro disfrute. La guitarra de Slash, inmortal, precisa y potente, en combinación con la voz de Myles – que tiene un registro que hace acordar al mejor Axl Rose – son una combinación infalible que hacen base en The Conspirators para brindar un show que no tiene un segundo de desperdicio. Además, cerraron con el tema “Anastasia” y su inconfundible riff – si estás leyendo y nos sabés de qué hablo, andá ya a escuchar el tema –.

Slash y Myles Kennedy
Slash y Myles Kennedy

Después de ver esa demostración de habilidades decidimos ir a descansar un poco, a relajarnos, y qué mejor para ello que un poco de reggae. Caminamos todo el largo del predio para conocer el escenario Paraguay y a Alberto d'Ascola, conocido como Alborosie. Él, sus rastas que llegan al piso y una banda de gran calidad, brindaron un recital lleno de reggae con toques de rock que hacían imposible no querer moverse al ritmo de la música.

Habiendo recuperado fuerzas y recargado las botellas de agua – acción casi obligada luego de cada recital – nos dirigimos a lo que sería nuestro último recital, el último destino del viaje. Con la medianoche tocando la puerta, atravesamos una vez más el mar de barro y llegamos al Sur. Las Pelotas estaba cerrando su show con un par de temas de Sumo, con Piti Fernández y Fernando Ruiz Díaz como invitados, y con una cantidad de gente como acostumbra a convocar la banda.

La última banda que vimos fue Molotov. La banda mejicana que ya está pisando las tres décadas de existencia, no dejaron pasar la oportunidad de demostrar su potencia y vigencia. Demostraron, además, que siguen atentos a los eventos de los países que visitan, y que no dejan de lado su capacidad de crítica social y política, característica inconfundible de sus letras. Fue así que en medio del show lanzaron de mensaje de que “La patria no se vende”, e hicieron uso del lema “Ni una menos”.

Molotov - Ni una menos
Molotov - Ni una menos

Y así terminamos el festival. Mientras que caminábamos en un barro un poco más asentado, nos acompañaban de fondo, en una especie de fade natural a medida que nos alejábamos, las primeras canciones de la fiesta Bresh que dio cierre al festival. Como a la entrada de ambos días, las salidas también se transformaban en una procesión de feligreses extasiados y extenuados. Otros podrían decir que se parecía más a una horda de zombis en búsqueda de alimentos y bebidas.

En cualquier caso, la realidad demostró una vez más que el festival Cosquín Rock sigue creciendo y ganando importancia no sólo a nivel local, sino ya a nivel internacional. También, que la gente sigue respondiendo a este tipo de eventos pese a las dificultades económicas y sociales de amplio conocimiento. Cuando las ganas y la necesidad de disfrute de la gente son tan grandes, ni un fin de semana que combine sol, calor, humedad, lluvia y barro pueden detenerlas. Al fin y al cabo, ¡NI LA CULTURA NI LA MANIJA SE MANCHAN!

Fin del viaje - La manija no se mancha, las zapatillas sí
Fin del viaje - La manija no se mancha, las zapatillas sí

Cosquín Rock 2024: La manija no se mancha
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